Darío Sztajnszrajber volvio con preguntas acordes

Darío Sztajnszrajber volvió a Córdoba con el espectáculo “Desencajados Filosofía + Música”. El rock nacional y sus preguntas existenciales.

Una charla entre Platón y Charly García, ¿es posible? La respuesta la ofrece el filósofo Darío Sztajnszrajber, quien regresa a Córdoba con una reversión de Desencajados Filosofía + Música, en el que las preguntas existenciales ofrecen de nexo entre ambas. Lo hizo en la noche de ayer viernes en Sala de las Américas.

“Volvemos con el espectáculo con el que fuimos hace dos años, pero ha tenido bastantes cambios. Hay canciones nuevas y textos nuevos, pero en esencia es la misma propuesta que es la de poner a dialogar la filosofía con la música”, contó el filósofo. “Es una propuesta que saca a la filosofía de su lugar solemne, de su lugar institucional y se anima a conjugar en un escenario teatro, una banda de rock en vivo y preguntas existenciales”, agregó Darío.

–¿Qué une a la filosofía con la música?

–Lo que tienen en común, y que nosotros encontramos, es que el repertorio de canciones que seleccionamos está totalmente atravesado por una búsqueda existencial. Son canciones de Charly García, Spinetta, Los Redondos,Soda. Son todos autores del rock nacional, que hacen una música entretenida y que se preguntan el mismo tipo de cuestiones que se pregunta la filosofía. Por eso es que las ponemos a dialogar: tienen algo en común.

–¿No se abre este juego a otros géneros?

–La experiencia que vengo teniendo en televisión con el programa Mentira la verdad (por Encuentro), en el que se mezclan la filosofía y la televisión, y la filosofía y la ficción, nos permitió probar por este lado. Todo el tiempo estoy experimentando con una filosofía que dialoga con géneros que supuestamente no le son afines: la radio, la televisión, el teatro, la música, la literatura. Me parece que eso hace a una propuesta de divulgación de la filosofía, que tiene la pretensión de querer llegar a un público más amplio que el público universitario.

–A partir de la llegada de la filosofía a los medios, con tu programa como ejemplo, ¿notás que tiene otro espacio en la vida cotidiana de la gente?

–Creo que bastante. Nos estamos dando la posibilidad de incorporar la pregunta filosófica como parte de nuestras vivencias cotidianas. La pregunta filosófica es una pregunta que molesta, que es provocativa, que no es útil (entre comillas), sino que al revés; pone en cuestionamiento todo lo que hacemos. Esa forma de realizarse uno mismo, cada tanto, entendiendo que muchas de las cosas que hacemos pueden ser de otra manera, alivia mucho la existencia. Le da a la existencia la posibilidad de no estar tan rígidamente dogmatizada consigo misma. Eso está buenísimo en diferentes ámbitos. Por ejemplo, este año estoy haciendo una columna de filosofía en un programa de fútbol, que es Tocala (TyC Sports), y te das cuenta que, desde la filosofía, también podés tener una mirada no fanática del fútbol. Eso está bueno porque rebaja un poco la violencia que termina atravesando muchas de nuestras acciones.

–¿Eso de molestar y provocar te hace sentir vivo?

–Obviamente te hace sentir vivo; acuerdo con vos. Pero tampoco es para hacer un culto a la molestia, como si eso te colocara en un lugar de superioridad. La filosofía no te hace ni mejor ni peor persona; permite, de alguna manera, escaparnos de nosotros mismos. Ese es el principal problema: el fanatismo que tenemos por lo propio. La clave es siempre la apertura y la filosofía te hace sentir vivo porque te hace sentir siempre que estás con un otro, siempre conviviendo. Esa conciencia que no es con el uno, sino con el otro, te coloca en otro lugar menos violento y más democrático.