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Rockeros a favor de Garrahan

León Gieco, Fernando Ruíz Díaz de Catupecu Machu, Celeste Carballo, Zeta Bosio, Richard Coleman, Juliana Gattas de Miranda, David Lebón, participaron del lanzamiento de este evento a beneficio del hospital pediátrico; cada instrumento intervenido por los artistas cuesta 50.000 pesos

“¿Quién no quisiera tener una guitarra de Charly García?”, se preguntaba ayer León Gieco, uno de los artistas que apoyaron la causa a beneficio del Hospital Garrahan. Con motivo de los 20 años del Hard Rock Café en el país, la firma convocó a 20 músicos del rock argentino, pioneros y nuevas figuras, para que intervinieran 20 guitarras y bajos que serán vendidos a beneficio de la Fundación Garrahan. Cada instrumento tiene un valor fijo, 50.000 pesos, con el objetivo de reunir 1.000.000 de pesos, la cifra estimada para la construcción de un nuevo vacunatorio para el hospital de niños.

Anoche, en la fiesta de lanzamiento, muchos de los referentes del rock local que intervinieron artísticamente los instrumentos estuvieron presentes: Fernando Ruiz Díaz de Catupecu Machu, Juliana Gattas de Miranda, Celeste Carballo, Zeta Bosio, Richard Coleman, David Lebón y León Gieco. “Nosotros con Mundo Alascolaboramos mucho tiempo con el Garrahan -cuenta León-. Por eso ahora compré dos guitarras para el museo que estoy haciendo en mi pueblo. Espero que me toque la guitarra de Charly (García) o si no, la de Miranda, que me gustó mucho. Pero no se sabe cuál guitarra te toca, porque va todo a sorteo”, comparte el autor de “Solo le pido a Dios” en un camarín del Hard Rock Café, que explota de artistas y curiosos.

Dispuestas como en una vidriera de exhibición -que el público podrá visitar hasta el 13 de junio en el Hard Rock Café de Recoleta– están las veinte guitarras que fueron “tocadas” e intervenidas con dibujos, firmas y collages por Charly García, Moris, León Gieco, Litto Nebbia, Fito Páez, Los Fabulosos Cadillacs, Pedro Aznar, Hilda Lizarazu, Celeste Carballo, Fabiana Cantilo, Richard Coleman, Zeta Bosio, Luciano Napolitano (hijo de Pappo), David Lebón, Juanse, Miranda, Virus, Catupecu Machu, IKV y Walter Giardino de Rata Blanca. Cada una exhibe la personalidad de su creador y todas tienen un atractivo especial para el seguidor de cada grupo o referente del rock local.

Celeste Carballo posa orgullosa con una hermosa guitarra roja, símil Stratocaster, que bautizó con su nombre. “A mí me gustó dibujar todo el diapasón con acrílicos. Las notas eran cardúmenes de peces que iban pasando por todas las notas. Me gusta mucho como quedó”. Ella está esperando su turno para subir al escenario y tocar una canción de su próximo disco “Por amor al blues”, que lanzará en breve al mercado. Fernando Ruiz Díaz, de Catupecu Machu, es el ojo de todas las miradas. Solo con un banquito y con una guitarra acústica -que aporrea con sus riffs acelerados- despliega un repertorio “a la carta”. “Pidan que no hay problema -dice a los fans, exultante por formar parte de la movida solidaria-. Estamos acá para celebrar”.

Así el cantante de Catupecu pasó de canciones épicas como “Seguir viviendo sin tu amor” dedicada a Spinetta (“canten fuerte así los escucha Luis”) a temas de su banda y una versión especial de “Mañana en el Abasto” y “Heroína” de Sumo a dúo con el trompetista y anfitrión de la noche, Gillespi. El verborrágico cantante hasta bromeó con una canción de Luis Miguel cambiando la letra. “Uy no puedo cantar más esta canción porque me está mirando Prince (hay una foto en las paredes del Hard Rock Café) y ¡Zeta y Richard Coleman!”. Para despacharse después con una versión cruda de un tema de Draco Rosa “Más y más” y terminar tocando con el resto de los integrantes de la banda que se sumaron a la fiesta.

Promediando la noche, Gillespi dio una de las mejores noticias del encuentro, que todos los artistas celebraron con aplausos y gritos. “Ya se vendieron diez de las veinte guitarras. Nadie pensó que iba a ser tan rápido todo. Estamos contentos con lo que está pasando”. Los otros diez objetos de colección del rock argentino todavía están a la espera de un nuevo dueño. En la página de la Fundación Garrahan, los coleccionistas, empresas solidarias o fanáticos del rock local pueden ayudar y, a la vez, obtener su propia guitarra de los sueños firmada por Charly García, Moris o Fito Páez

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