abasónicos fue de la base del under al pico de masividad con una discografía que mezcla lo freak con lo popular. A continuación, un repaso por su carrera -incluyendo sus Lado B-, en la que conviven pop, hardcore, funk, trips electrónicos, spaghetti western y rock duro.
TENES QUE TENERLO
‘Trance Zomba’ 1994
Calzas, capas y bermudas, Lanús como pago chico y territorio bravo, rollers y una Chevy para cruzar el cielo del under y convertir todos los fetiches de la infancia en un escudo de identidad y protección. Trance Zomba es una pequeña revolución musical en un momento de formalismos y exagerada autenticidad barrial. Contra el dogma dominante, Babasónicos responde bajo el rótulo de “villeros glam”, incorporan la figura de un Dj (Peggyn) y decodifican los ecos externos en un collage repleto de héroes mersas (Travolta, Pato C). Todo encaja en la cazuela del septeto indómito: hardcore en canto de guerra (“Poder ñandú”), disco-funk original cuando todavía faltaba un tiempo para su rescate internacional (“Patinador sagrado”, “Sheeba Baby”) y psicodelia criolla justo en el lugar en donde la dejó Arco Iris (“Koyote”). De aquí a la eternidad, “Montañas de agua” será el himno para audiencias descreídas de un rock oportunista y previsible. Una nueva ola de fantasía, malicia y libertad.
‘Dopádromo’ 1996
El planeta único de Babasónicos en plan expansivo. La frontera como “no lugar” incorpora sonidos ajenos al rock de aquí. Todo vale, desde el easy listening (“Perfume casino”) hasta el spaghetti western (“¡Viva Satana!”). La idea es sembrar el caos con nuevos aliados: aparece Andrew Weiss, el productor de los subversivos Ween, y mejora el corte final. También el cine de Russ Meyer y sus visiones voluptuosas, que se suman al surrealismo natural de México. Más ecléctico y perfeccionista que Trance Zomba, el tercer opus del grupo se convierte en un perfecto manual de bolsillo para la patria freak.
‘Jessico’ 2001
En plena caída libre del gobierno de la Alianza, Babasónicos contradice todos los pronósticos de resignación y desencanto con un disco luminoso, adhesivo y tan pop como sus detalles de perfección. Vuelven al formato de sexteto convertidos en una máquina de hits: el cactus de tapa (obra de Alejandro Ros), la producción obsesiva de Weiss y un discurso que subvierte unas cuantas ideas morales dibujan el mapa de conquista. Ninguna radio quedó ajena al impacto instantáneo de “Los calientes”, un soundtrack de frontera con base electrónica y relato dionisíaco, o al poder bailable de “Deléctrico”. Por la misma línea de seducción corren “El loco” y “Camarín”, enormes baladas narcóticas para cerrar cualquier fiesta del mañana.
‘Infame’ 2003
De no existir Jessico, el imán de Infame alcanzaría niveles de masterpiece insuperable. Desde el arranque a pura velocidad y distorsión con “Irresponsables”, hasta el preciosismo incorrecto de “Putita”, o el beat victoriano de “Risa”, el séptimo disco oficial de Babasónicos trafica con los efectos del éxito y el mejor modo de reflejar un estado de rock provocador. Ahí están las melodías invencibles de “Sin mi diablo” y la altanera “¿Y qué?”. El romanticismo y la malicia se tensan cada vez que Dárgelos canta sobre romances fugaces, pero al final siempre gana la canción.
MATERIAL SELECTO
‘Babasónica’ 1997
La primera gran perversión de Babasónicos: olvidan el collage y apuestan todo a un complejo esquema de valores rockeros. Valvular y barroco, el sucesor de Dopádromo es un ejercicio de riesgo en donde conviven Black Sabbath, el clan Manson y otros demonios. Sin embargo, el tiempo demostró que temas como “Egocripta” y “El adversario” -dedicado a Duhalde- no podían faltar en un show de la banda.
‘Miami’ 1999
El mejor retrato de los días finales del menemismo. La tapa muestra el mapa recostado de Argentina con la triple frontera emulando la península de La Florida. Las letras capturan costumbres tilingas y efectos de la globalización, sobre ecos electrónicos, narcocorridos y música de espías. Un anticipo de la era del pop Babasónicos suena en “Desfachatados”.
‘Anoche’ 2005
En cierto modo, Anoche cierra la trilogía que comenzó con Jessico. Aquí el eje es la mentira y, tal vez, el mejor ejemplo sea “Carismático” con su letra arrogante y pegadiza que funciona como un perfecto popurrí de música beat en la continuidad de “Yegua” y “Un flash”. En otros momentos, la distorsión gana sin provocar sorpresas pero se disipa en el preciosismo de “Puesto” y “El colmo”.
‘Mucho’ 2008
Marcado por el deceso de Gabo Manelli, Mucho incluye la participación activa del bajista y cerebro oculto de Babasónicos. Conciso y tan pop como el estribillo euro-disco de “Microdancing”, el disco funciona en el contrasentido del título para resolver en 31 minutos el trance de continuar.
‘A propósito’ 2011
El primer disco sin Gabo es un trip electrónico: sólo “Fiesta popular” tiene la matriz rockera en la guitarra de Mariano Roger. El resto crece en un sonido envolvente, un ruido limpio y ensoñador, con “Tormento” como emblema de reinvención y esa vieja tentación sibarita contenida en “Barranca abajo”.
PARA UNA INMERSION
‘Pasto’ 1992
Gracias a Daniel Melero, Sony fichó a Babasónicos en una jugada inédita para un momento en donde las majors no apostaban por bandas nuevas. Desde la estética neohippie de remeras flúo y un sonido que invoca tanto a Madchester como a la agilidad de Jane’s Addiction, Pasto es un golpe en la nuca a las tradiciones del rock argentino más conservador. La prensa no acusa recibo de la naciente tribu sónica y Dárgelos responde: “Mi generación hoy se caga en tu opinión” (“D-Generación”).
‘Vórtice Marxista’ 1998
Al mejor estilo “Grabaciones encontradas”, la cocina Babasónicos inaugura su catálogo incierto con temas inéditos de Pasto a Dopádromo. Según sus propios autores, la discografía no oficial no tiene marketing ni pretensión. Sólo manejan la estrategia del tiempo: fetichismo y prepotencia rockera de baja intensidad con temas que crecieron en los shows como los clásicos ocultos “Antonio Fargas” y “Forajidos de siempre”.
‘Vedette’ 2000
El rescate de Nélida Lobato desde la tapa explica la cosmogonía femenina que fascina a Dárgelos. Con bajísimo presupuesto, Babasónicos graba y graba como única opción de progreso. A pesar de los bajos recursos aparecen canciones depuradas (“Dopaminas”), el fervor por fogones colocados (“Careta de Acassuso”) y experimentos elegantes (“YSL”). Es la contracara de Babasónica, otro deseo por revelar el lado B de la banda.
‘Groncho’ 2000
Miami era tan bueno que dejó descendencia: justo en el momento en que Sony dijo basta, Groncho recupera los residuos de un disco clave, con canciones como “Demasiado”, “El súbito” o “Pavadas”, que merecían ser editadas.
‘BBS vs. El Público’ 2013
Dentro del planeta spoken word, un modo de accionar música y literatura, el periodista español Bruno Galindo repasa historias de su libro El Público, mientras BBS recrea su perfil cinematográfico con sabor ambient.
‘Desde adentro – Impuesto de fe’ 2016
Nada de invitados ni cuartetos de cuerdas: la sintonía del primer disco en vivo de Babasónicos es despojada, bajo la idea de innovar el swing de las canciones.