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Chano y Tan Bionica volvieron a los escenarios

Sin alusiones al accidente protagonizado por Chano, la banda comenzó la demorada seguidilla de presentación de su nuevo disco. Y así Tan Bionica dio el primero de sus cuatro shows en el Luna Park.

La imagen de Chano aparece por primera vez en las pantallas que rodean el escenario central del Luna Park para pronunciar el conteo final hacia el comienzo de la demorada seguidilla de presentación de Hola Mundo, el último disco de Tan Bionica. Demorada más de media hora durante esta noche de lunes 28 de septiembre; demorada un mes y medio debido al confuso accidente protagonizado por el cantante en la madrugada del miércoles 5 de agosto en el barrio de Nuñez. Pero a nadie en el Luna Park le importan las causas de esa espera, ante el hecho de que por fin, sano y salvo, el ídolo se impone una vez más sobre un tablado singular, que transforma la anatomía del emblemático estadio de la calle Corrientes. Después de la intro instrumental que da nombre al disco y “Tus horas mágicas”, Chano Moreno Charpentier entrega su cuerpo a “Las cosas que pasan”: con la cabeza inclinada hacia el cielo, los brazos abiertos y extendidos en la misma dirección, el líder gira sobre su eje con la velocidad y el dramatismo exagerado de una bailarina poseída o un director de orquesta absorto en la perfección de su obra. A Chano, ahí se nota, tampoco le importa nada más que este momento en el que las pruebas de su magnetismo y los efectos balsámicos de sus hits radiales se traducen en la emoción de miles de fanáticos que disfrutan de manera desprejuiciada.

En esta experiencia llamada La vuelta al mundo 360, la banda que completan Bambi Moreno Charpentier, Sebastián Seoane y Diego Lichtenstein supera los límites de su despliegue visual y escenográfico: el escenario central se comunica a través de pasarelas con dos edificaciones de palcos privados mientras que los cuatro sectores del campo se dividen según los elementos de la naturaleza. El frente rota a medida que pasan los temas entre los dos laterales y Chano, agotado pero dejando todo -su voz por momentos forzada- deambula por todas las esquinas: la batería acompaña con una plataforma giratoria. Los temas de sus últimos tres discos (alguno perdido del debut, como “La ensalada”, en respuesta a un pedido del público) se suceden en distintas secciones en las que él es protagonista carismático y sus compañeros protagonistas musicales con los que va interactuando ocasionalmente. Para reproducir el primer golpe masivo de la banda, “Ella” (de Obsesionario, 2010), un tándem de vientos se suma en una de las pasarelas; para el momento íntimo, Bambi queda solo en un piano decorado con el símbolo del nuevo disco para tocar y cantar “Pastillas del olvido” dejando lugar para que su hermano se sume en “No me atreví a sugerirte que te mueras” y el cover -supuestamente- ensayado una vez de “Contra” de Vampire Weekend, “una banda que escuchamos mucho mientras hacíamos este disco”.

La espectacularidad del montaje, los bailarines disfrazados, el juego de luces y la megalomanía sonora de los sintetizadores ajustados en un beat bailable se fusionan en pos del clima final, que genera el mayor estallido por parte del piberío biónico, siempre acompañando en coros y aullidos. Un mix de pulso dubstep comandado por Diego Poso (DJ y colaborador) desde su cabina calienta el tramo hacia el fin cuando “Hola mi vida”, “Ciudad mágica” y ya en los bises “La melodía de Dios” vuelven a hacer certero el -prolijo, tenaz- avance estético y sonoro en sintonía con las ambiciones de conquista territorial, de estadios locales y extranjeros, que oculta el concepto de Hola Mundo. No hay crisis de identidad, esto es Tan Bionica.

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