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Babasónicos: con la fe repuesta

Tras veintiséis años rodando, Babasónicos no se cansa de su destino mutante y sigue empujando su anti-rock en la gira que los traerá al Coliseo Podestá el sábado, para presentar “Repuesto de fe”, especie de “secuela” a “Impuesto de fe”, el disco, DVD y recital que repasa su carrera y que, dice Diego Tuñón, el histórico hombre de los teclados y productor de la banda de Lanús, “nos renovó todo”.

Banda camaleónica por definición, Tuñón acepta que la opción de hacer un disco a partir de su cancionero histórico como “Impuesto de fe” “lo podríamos haber tomado como una excusa para no hacer nada, volver a tocar viejas canciones”. Es que tras 26 años sin vacaciones “a veces es tentador no hacer nada”, pero, dice Tuñón, cada reunión de los amigos que consolidaron el combo en 1991 despierta una sed primordial que les impide repetirse.

Y allí radicó el descubrimiento que lo revitalizó, dice Tuñón en diálogo: “Esa sed está innata en nosotros, pero no estoy muy seguro que haya sido reflejada en ‘Romanticismico’ (el anterior trabajo de la banda). Es un disco que amo… pero ‘Impuesto de fe’ llegó en el momento justo, permitió redescubrir la misma sed en mis compañeros, volver a creer que hay futuro, que somos una banda que podría llegar a generar música nueva”.

Una “sed de novedad” que es parte del ADN de la banda, que desde los 90 buscó constituirse contra los parámetros de la escena nacional: “Somos una banda de escuchadores de música, nos importa más estar en la discusión, en la discusión mundial estética de lo que sucede, que el negocio per sé”, explica, y ejemplifica: “El mundo antes de Los Beatles se diseñaba en oficinas, con composiciones hermosísimas de las que todos hemos aprendido. Pero si todos pensásemos en términos de mercadotecnia no hubieran existido Los Beatles. Por eso, apostamos fuertemente al capricho, porque la concreción de las ideas caprichosas llevan a lo que es la nueva música. Y esto pasa en todos los ámbitos”.

Pero el lado B de la búsqueda es que esa apuesta a trascender lo establecido es a la vez motor vital y desgarro constante para la banda, afirma el tecladista: “Cada disco de Babasónicos es un proceso doloroso, tener la necesidad de novedad siempre es doloroso, podrías tomar un camino más cómodo, sobre todo cuando uno tiene cierta edad y cierto músculo”, explica, aunque aclara que para todo el apetito de cambio que ha mostrado la banda en su historia, “Impuesto de fe” resultó “una reinvención mucho más radical: fue duro no permitirnos ser sónicos, decirnos ‘ahora no vas a ser una bola de sonido’”.

EL SHOW

“’Impuesto’ puso en evidencia que somos más ilimitados de lo que pensábamos, o de lo que nos dejábamos pensar”, refiere Tuñón: con esa convicción, “repuestos de fe” (“es un juego de palabras, es lo mismo y no es lo mismo”, dice el músico del título del nuevo trabajo, aunque acepta que “todo chiste tiene algo de verdad”), llegarán los Babasónicos a La Plata, otra vez al Coliseo, donde el año pasado agotaron dos shows.

El show de Dárgelos, Tuñón y el resto del grupo forjado en Lanús será diferente de aquel, “con otros temas y otra intensidad”, adelanta Tuñón, ya que tendrá más que ver con la grabación realizada en el Teatro Colón en 2016, un recital que generó algún revuelo en los medios, aunque la banda se negó a jugar el juego de las declaraciones porque “las discusiones mediáticas nunca tienen asidero”.

“Como el momento de Argentina y el mundial es el que es ahora, volvimos a girar otra vez, a decir ‘vamos donde sea que haya mil butacas’. Volvimos a recorrer pueblos, y ha sido muy lindo, muy esperanzador”

La banda continuará así un eterno girar que comenzó en 2016 con “Impuesto de fe” y que los llevó por todo el país, una experiencia que resultó vital para esta reinvención que siente Tuñón.

LA GIRA

“A nosotros nos sirvió mucho en algún momento girar: en un momento a fines de los 90 empezamos a darnos cuenta que a las radios no les importaba tanto nuestra música, y estábamos cansados de tocar solo en capital: ahí empezamos a aventurarnos hacia el interior, hacíamos 30 presentaciones en 45 días arriba de un micro. Y eso nos ayudó a que, en el 2000, cuando el mundo se destruye, se cae la economía y el entretenimiento cae con ella, nosotros ya éramos muy nacionales”, explica. Eran los días previos al fenómeno que desató “Jessico”, compuesto en ese caldo de cultivo de Apocalipsis inminente, maduración personal y sentido recobrado lejos de la burbuja de capital.

“Como el momento de Argentina y el mundial es el que es ahora, volvimos a girar otra vez, a decir ‘vamos donde sea que haya mil butacas’. Volvimos a recorrer pueblos, y ha sido muy lindo, muy esperanzador”, cuenta Tuñón. “No veo la esperanza en la obra en sí, pero si fue muy esperanzador volver a tocar tanto, en tantos lugares, en casi todos fueron con entradas agotadas, con un fanatismo que hemos recibido que fue hermoso”.

“Estamos en un punto donde amamos mucho lo que hacemos y todavía tenemos ganas de seguir haciéndolo”, dice Tuñón sobre la banda tras la reconstrucción de su cancionero en clave orquestal y luego de dar vueltas por todo el país. Renovados, la banda decidió además que es hora de lanzar un nuevo disco del cual, dice el tecladista y fundador de Babasónicos, “no se nada. No es que me hago el hermético, no nos juntamos a hablar del tema. Por ahí nos metemos en el estudio y sale un disco en un mes, o por ahí tardamos tres años”.

“‘Impuesto de fe’ llegó en el momento justo, permitió redescubrir la misma sed en mis compañeros, volver a creer que hay futuro, que somos una banda que podría llegar a generar música nueva”

Fuente: El Dia

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