Home / Noticias / Rock argentino: por más Spinetta y menos Pity Álvarez

Rock argentino: por más Spinetta y menos Pity Álvarez

Cuando el rock se vuelve el tema central de la cobertura de Policiales y Pity Álvarez pasa a ser el oscuro guionista de una crónica con final anunciado, trato de pensar en otros momentos en que el género fue hermoso y libre de verdad.

Enemigo de la violencia, de la guerra, expansor de la conciencia, defensor de las libertades individuales para, con ellas, proyectar un futuro colectivo mejor, esos eran postulados con los que nació el movimiento rock en el mundo y con el que llegó aquí, a principios de los ’60.

Algunos los mantuvo, otros no. El rock dejó de ser un hermanito menor de la industria musical y se convirtió en parte medular de un negocio millonario. Y obviamente -al estar hecho por seres humanos, con virtudes y defectos, egos desmedidos, adicciones varias- las buenas intenciones, si no quedaron definitivamente en el camino, al menos perdieron la categoría de esenciales.

Ahora, hoy, cuando miembros del rock argentino son acusados o condenados por violaciones, estafas, femicidios, incendios seguidos de muerte, coimas a la policía o asesinatos, vale la pena rescatar también algo que se conoció esta semana. No es más que una luz en el camino, pero que ilumina con la belleza de la poesía y de la esperanza.

A pedido de la AMIA (la mutual israelita que sufrió un atentado con explosivos en 1994 en el que murieron 85 personas), el cantautor Gabo Ferro musicalizó un texto que Luis Alberto Spinetta había escrito para un homenaje solidario que se hizo pocos meses después de la tragedia. El texto, ahora canción y también video, se llama Abro los ojos y dice esto:

Cuando el rock se vuelve el tema central de la cobertura de Policiales y Pity Álvarez pasa a ser el oscuro guionista de una crónica con final anunciado, trato de pensar en otros momentos en que el género fue hermoso y libre de verdad.

Enemigo de la violencia, de la guerra, expansor de la conciencia, defensor de las libertades individuales para, con ellas, proyectar un futuro colectivo mejor, esos eran postulados con los que nació el movimiento rock en el mundo y con el que llegó aquí, a principios de los ’60.

Algunos los mantuvo, otros no. El rock dejó de ser un hermanito menor de la industria musical y se convirtió en parte medular de un negocio millonario. Y obviamente -al estar hecho por seres humanos, con virtudes y defectos, egos desmedidos, adicciones varias- las buenas intenciones, si no quedaron definitivamente en el camino, al menos perdieron la categoría de esenciales.

Ahora, hoy, cuando miembros del rock argentino son acusados o condenados por violaciones, estafas, femicidios, incendios seguidos de muerte, coimas a la policía o asesinatos, vale la pena rescatar también algo que se conoció esta semana. No es más que una luz en el camino, pero que ilumina con la belleza de la poesía y de la esperanza.

A pedido de la AMIA (la mutual israelita que sufrió un atentado con explosivos en 1994 en el que murieron 85 personas), el cantautor Gabo Ferro musicalizó un texto que Luis Alberto Spinetta había escrito para un homenaje solidario que se hizo pocos meses después de la tragedia. El texto, ahora canción y también video, se llama Abro los ojos y dice esto:

link

QUE TE PARECIÓ LA NOTICIA