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Nicolás Furtado: “La gente debería escuchar más rocanrol”

Hubo un momento en que Nico Furtado tuvo miedo de que no le volviera a salir. Se ponía los dientes, practicaba frente al espejo. Se escuchaba la voz. Y solo entonces, tras comprobar que todo seguía igual, se relajaba: Diosito, el personaje revelación de El marginal, el que significó una bisagra en su carrera, estaba vivo en su interpretación. “¡Mirá si no me salía! ¿Qué hubiera hecho?”, sonríe ahora con la tranquilidad de saber que no tuvo problemas en ponerse de nuevo en la piel del menor de los Borges en esta precuela de la serie que emite con éxito la Televisión Pública y que también puede seguirse en la aplicación Contar.

“Fue un trabajo distinto al que estoy acostumbrado porque generalmente cuando encaro un trabajo se trata de personajes que compongo de cero, que tengo que construir mirando videos o trabajos de otros actores. Y acá me tuve que estudiar a mí mismo, resolver cosas que yo mismo había creado”, reflexiona Furtado, nacido en Uruguay y emigrado hace unos años a la Argentina, donde también logró repercusión como el Bicho, el cuartetero de Educando a Nina. “Hasta cierto punto sentí que no era el mismo”, agrega respecto del trance de volver encarnar a Diosito. “Tuve que distanciarme como si fuera otra persona. Verme de afuera. Porque, si no, no iba a poder hacerlo bien”, remarca. En la charla surgen muchas aristas de su vida y sus gustos. Por ejemplo, a pesar de su imagen en la pantalla, a la hora de elegir su bebida favorita no duda y elige el agua. “La tomo durante todo el día y bastantes litros por día. Me parece el secreto de todo. Siempre tengo mi botella de agua adentro del auto. También un vasito de agua cerca del set. Y por supuesto en mi casa tengo un bidón gigante de agua. Mi ritual es siempre un vasito de agua antes de acostarme y al levantarme también”.

La impunidad del personaje para decir lo que siente y lo que piensa. Sus respuestas tan ocurrentes. Hice foco en eso. Y obviamente, al ser grabaciones de tres años antes (la primera temporada se grabó en 2015), tuve muy en cuenta todo lo que Diosito todavía no vivió. Le busqué una ingenuidad al personaje. Una inocencia mayor.

Fue un antes y un después. Me trajo muchas cosas buenas. A partir de Diosito, muchos empezaron a verme como el actor que siempre soñé ser. Y yo mismo empecé a creer más en mí. Se me acercaron proyectos que tenían más que ver con lo que me gustaba.

-Ya hace unos años que residís en Buenos Aires. ¿Lograste sentirte cómodo? ¿Cómo es tu relación con la ciudad?

Sí, estoy superacostumbrado. Me gusta el ritmo. Si bien hay quienes no les gusta la locura que tiene Buenos Aires siento que me hace bien estar un poco al palo todo el tiempo, siempre en acción, teniendo que ir de allá para acá por lo que uno quiere. Se muevan muchas energías.

-¿Qué barrios te gustan?

-Los que están cerca de las zonas verdes. Lugares donde puedo caminar, correr o a andar en on board. Siempre está bueno tener algo verde cerca porque obviamente necesitás compensar tanto cemento, tanta locura, tanto movimiento que tiene la ciudad. En Montevideo me iba a la Rambla, a la playa. Acá de repente noto que me falta esa vía de escape. Aunque por suerte vivo cerca de los parques de Palermo y cuando puedo voy ahí.

-¿Qué te gusta de andar en on board?

Es una práctica que traigo de Montevideo. Allá era mucho de estar en la calle y siempre me gustó andar en on board por ahí. Me gusta la libertad que te da. El contacto con la naturaleza.

-¿Como el vaquero con su caballo?

Sí. Como el aire que te pega en la cara. Como andar en moto. Como un paseo especial. Es algo muy placentero.

-¿Andás solo, con amigos?

Generalmente solo. Tengo la tabla en el baúl del auto así que muchas veces paro donde encuentro un lugar, saco el on board y doy un par de vueltas. También tengo una pelota de básquet y una raqueta de tenis. Me gustan los deportes. Aunque soy más de practicar que de ver.

-¿Y la música? En una nota contaste que llegaste a integrar una banda en Montevideo.

Sí. Tocaba la bata. No es algo que pude desarrollar porque me dediqué a otra cosa. Pero sí: me gusta cada tanto agarrar una bata y darle; juntarme con amigos y tocar un poco. Me gusta mucho el rocanrol. A mis personajes trato de ponerles de manera sutil cierto gusto por las bandas. Diosito, por ejemplo, es ricotero a full. Y en la segunda temporada se va a ver todavía más. Y eso que en mi caso soy más renguero que ricotero. En Montevideo iba a verlos todas las veces que venían. Pero bueno, no me preguntes por qué, Diosito es ricotero.

-Y ahora que estás acá, ¿seguís yendo a recitales?

Sí, totalmente. El último hará un mes en Rosario justamente a un show de La Renga. Fui con mi amigo el Topo. Y tres meses atrás estuvimos en el recital de San Luis. Viajamos como sea. Y nos metemos en el pogo, eh. Estamos en tercera fila. Soy muy del rock de acá: La Renga, Los Redondos, Los Piojos y Callejeros a full. De chico era muy fanático de Callejeros.

-¿Qué te gusta de ese rock argentino?

Que es rock bien barrial, bien de la calle. Música que compartí con mis amigos de la secundaria y que sigo escuchando.

-¿Hay algo de lo que transmiten las letras que te atrajo?

Sí. Para mí la gente tendría que escuchar más rocanrol. Ahí aparecen un montón de cosas que estuvieron adelantadas a su música. Cosas que hoy se están peleando como la legalización del aborto y que ya el Pato de Callejeros, quince años atrás, lo pedía en sus temas. Ahí estaba la posta. Por eso digo: que cada uno escuche la música que quiera, pero hay que escuchar un poquito más de rocanrol también.

-¿Sentís que a veces se subestima a esas bandas?

-Sí. De hecho tengo un amigo que las subestimaba y una vez le dije: ?Vamos a ver el documental del Indio’. Y cuando terminó me dijo “No lo puedo creer”. Me reconoció que había tenido prejuicio con estas bandas y que estaba equivocado.

-Siendo un uruguayo en Buenos Aires, ¿cómo viviste el Mundial?

-Me encanta el Mundial. Y esta última vez lo viví en España porque justo estaba allá. Soy muy fanático de la selección uruguaya y por supuesto seguí también la selección argentina por mis amigos, por la gente y porque comparto ese sentimiento. Vi los partidos en bares con los uruguayos y argentinos que andaban por allá. Y la experiencia fue muy buena porque al ser Madrid una ciudad cosmopolita había gente de muchos países y te sentías como en Rusia.

-Uruguay hizo un buen papel.

Sí. Aunque lo sufrí mucho también. El partido contra Francia no me senté en todo el primer tiempo. Me mantuve parado y con una pierna más adelante que la otra, como en posición de ataque.

-¿Qué viene a futuro?

Mucho cine. Quiero apuntar ahí. Tengo una película para hacer en Uruguay y otra acá. Es lo que más me interesa en este momento: cine, series. Estoy direccionando para ese lado.

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