“Estas son las mil facetas de un ser increíble”, dice Andy Cherniavsky mientras recorre con la mirada algunas de las 200 fotos que componen la muestra Los Angeles de Charly, basada en la figura de Charly García. La retrospectiva, que puede verse con entrada gratuita hasta el 12 de agosto en el Palais de Glace, compila en una misma sala el trabajo de Andy Cherniavsky, Nora Lezano e Hilda Lizarazu, tres de los fotógrafos que más y mejor han capturado la figura icónica y avasallante del artista. “El siempre fue una persona muy retratable”, dice Lizarazu. “Acá se pueden ver las distintas formas de esta gran usina creativa.”
Basada exclusivamente en su carrera solista, desde principios de los 80 hasta la actualidad, Los Angeles de Charly resulta un imponente viaje al universo de García con pulsera de acceso total. De gira, en su caos doméstico o sobre un escenario, el denominador común es la cercanía de las autoras con el músico, lo que resulta en un encadenado de situaciones -algunas de ellas todavía inéditas- que mezclan crudeza, humor y ternura.
“Charly tiene con el cuerpo una energía desafiante, todo el tiempo está generando imágenes que uno tiene que ir persiguiendo para plasmar”, dice Cherniavsky, que lo conoció en 1976, cuando salía con su hermano Dany. Entablaron una relación de amistad que continúa. “Me contagió una forma de vivir, de pensar, de mirar la vida”, dice ella.
Hilda Lizarazu lo retrató por primera vez a principios de los 80. Recién llegada de Estados Unidos, estaba decidida a vivir de la fotografía, aunque al poco tiempo se convertiría en parte de su banda, Los Enfermeros. “Siempre fue un artista que se prestó para la interacción con la cámara”, dice Hilda.
Nora Lezano conoció a Charly en los 90, cuando tuvo que retratarlo junto a Mercedes Sosa. A partir de ahí nunca dejó de verlo. “Es el músico al que más he fotografiado”, dice Nora. “Ser testigo de esa cotidianidad que se ve en estas fotos, de esa cabeza, de ese espíritu rebelde, fue un regalazo de la vida.”