Home / Noticias / La basura, un insumo cada vez más usado por las Pymes

La basura, un insumo cada vez más usado por las Pymes

Cartón, vidrio, papel, pero también descartes textiles y cáscara de huevo son solo algunos de los desechos que las pymes utilizan como materia prima principal para la fabricación de todo tipo de productos. Así la industria del reciclaje crea valor con la basura de otras industrias.

“Extraer, fabricar, consumir y tirar” ha sido el paradigma del modelo de producción y consumo desde que se inició la primera Revolución Industrial. Sin embargo, el agotamiento de los recursos naturales y los altos volúmenes de basura pusieron en jaque ese modelo lineal y dieron lugar a un nuevo sistema, ahora circular, que indica que, en vez de tirar y extraer, hay que reciclar para volver a producir. Pero, al tiempo que en las empresas y entre las personas reciclar se va haciendo una actividad cotidiana, una nueva industria crece y se desarrolla en el país: la industria del reciclaje, conformada por pequeñas y medianas empresas cuya principal actividad consiste en transformar desechos en un nuevo producto, utilizando como materia prima principal lo que muchas otras industrias o personas consideran basura. “Por lo general, son emprendimientos conducidos por personas jóvenes que nacieron y crecieron viendo los efectos nocivos y los problemas no resueltos de la contaminación y el desperdicio, pero también son muchos empresarios que notaron en la basura un negocio prometedor muy poco explorado y con mucho potencial”, dice la ingeniera ambiental Lucila Castro, que brinda servicios de consultoría en el área. La oferta de la industria es muy variada y a la vez innovadora: desde pinturas hechas con cáscara de huevo y murales acústicos con descartes textiles que mejoran el “confort sonoro” de oficinas y auditorios, hasta zapatillas con neumáticos y telas recicladas, muebles de cartón, compostadores para hacer abono con restos de alimentos de los hogares, e incluso bioenergía con residuos de la industria agroalimentaria. Prácticamente no hay desecho que no se haya transformado en una idea de negocio.

Sin embargo, si hay un sector que se destaca por el nivel tecnológico y la capacidad de reciclaje alcanzado, es el de la industria de reciclados plásticos. Según fuentes del sector, en el país hay 150 empresas –muchas de tamaño mediano– que reciclan plásticos, principalmente PET (el de las botellas), con capacidad para procesar 1,7 millones de botellas por día, es decir, la sexta parte de lo que se desecha diariamente (12 millones). Lo interesante es que con los plásticos estas empresas producen una materia prima especial para la fabricación de cepillos, cuerdas, escobas y nuevas botellas. Pero también fibras textiles ecológicas para hacer prendas de vestir, manteles, cortinas, bolsos y calzado, algo muy conveniente y beneficioso para la industria textil, la segunda más contaminante del mundo. Pero los beneficios son muchos más. La producción a partir de envases plásticos reciclados permite ahorrar hasta un 84% de energía; además, una tonelada de plástico reciclado ahorra una tonelada de petróleo, e incluso achica el volumen de residuos, lo que reduce los costos en vertederos, mejora la calidad del aire y la emisión de gases de efecto invernadero. Las ventajas no terminan ahí. Según la Cámara Argentina de la Industria de Reciclados Plásticos (Cairplas), el sector absorbe en el país una gran cantidad de mano de obra: alcanza 100 trabajadores directos por mes y 300 indirectos, a los que se suman 2.000 personas que actúan como recuperadores urbanos.

El problema es que en Argentina solo se recupera el 30% de los residuos plásticos, lo que hace que la industria mantenga hoy una alta capacidad ociosa que, según Cairplas, es del 50%. La falta de una cultura de reciclado y de un sistema extendido que permita abastecer a las empresas es el factor principal. “Si bien cada vez hay más empresas y personas que se suman a la economía circular a partir del reciclado, no estamos en el nivel de los países desarrollados (donde por lo general se recicla el 70% de la basura), a lo que se suma que no todas las personas que reciclan tienen un canal fácil y cercano para volver a volcar los residuos en el sistema”, cuenta la ingeniera Castro. A estos desafíos se suma el bajo precio del petróleo, que incentiva la producción de plástico virgen en vez de reciclado, y una cadena con un mercado de abastecimiento muy informal y precarizado que funciona alrededor de los recuperadores urbanos.

link

QUE TE PARECIÓ LA NOTICIA