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Cosquín Rock 2020, día 2: entre lo viejo y lo nuevo

La edición del domingo de Cosquín Rock arrancó debajo de una persistente lluvia que aplacó un poco el tórrido fin de semana que se avecinaba, pero que complicó la logística de organizadores y espectadores.

Detrás del inmenso monstruo que cree año a año –y que ahora celebró su aniversario número 20– las montañas se imponían ante la mirada de todos vestidas de un verde intenso.

De otro lado, el río Cosquín serpenteaba bordeando el predio trayendo agua chocolatosa, producto de las crecidas. En medio de ese paisaje natural decenas de miles de personas (55.000 el sábado y 50.000 ayer) peregrinaban para llegar al festival que, como cada año, les ofrece una variedad de bandas inabarcable para cualquier mortal.

La fecha de clausura tenía agendados a los protagonistas de siempre: Las Pelotas, La Vela Puerca, Babasónicos y Ciro y Los Persas, entre muchos otros, pero también sumaba a su grilla al tridente de música urbana Duki, Cazzu y Wos.

Con un promedio de 10 bandas en cada uno de los siete escenarios, lo primero que hacía la gente al llegar era armar una especie de sudoku con sus artistas favoritos, luego negociarlo entre sus amigos y, finalmente, rogar que hubiera acuerdo para poder exprimir al máximo la entrada. Una entrada que si bien no es cara de acuerdo a la oferta musical, para muchos es muy costosa de solventar.

Mateo Sujatovich, líder de Conociendo Rusia. (Javier Ferreyra)

El futuro ya llegó

De ahí la importancia que tomaron las grillas con sus horarios cada vez más ajustados. ¡Pensar que en estos 20 años hubo épocas en las que no se conocía ni el orden de los artistas! Las cosas cambiaron en Cosquín Rock y la evolución llegó no sólo en materia tecnológica,  sino en lo gastronómico y, por supuesto, en lo artístico.

Lejos quedaron aquellos años en los que el evento se realizaba al resguardo de un fin de semana largo de carnaval, que permitía a muchos tomarse un descanso musical extra largo. Pese a eso (y a la lluvia) la convocatoria fue excelente, según los organizadores. “Rock sin lluvia no es original” decía el cartel de un puesto improvisado de venta de cerveza, a unas cuadras de la entrada.

El primero de la nueva generación en tener un espacio preponderante fue Wos, quien subió al escenario Norte pasadas las 18 con su lengua prendida fuego. Arrancó con Luz delito y cuando presentó Canguro, aprovechó para dedicárselo a “todos los poderosos que no que no quieren ver al pueblo unido”. Mientras sonaba Andrómeda pasó algo muy curioso: el camarógrafo mostró a una niña cantando el tema en medio de un llanto, subida a cococho de su padre. El resto del público se conmovió al ver la imagen y la aplaudió.

En el campo fueron muchos los padres que llevaron a sus hijos, y se notó que sólo los chicos podían corear a determinados artistas. Luego hubo una improvisación con la que Wos sacó chapa de letrista y le valió el aplauso generalizado de todas las generaciones. El set cerró con Púrpura y una foto selfie con el público.

Antes, el  rock barrial de bandas como Jóvenes pordioseros y Los Gardelitos habían tenido su momento con el campo repleto de banderas. Mientras sonaban clásicos como Descontrolado (Jóvenes Pordioseros) o Gardeleando (Los Gardelitos), comenzaban a formarse largas colas  en los baños y las cajas, los dos talones de aquiles del festival.

 (Javier Ferreyra)

(Javier Ferreyra)

Toti Iglesias, cantante de Jóvenes Pordioseros, se quebró al mandarle un saludo a un amigo que perdió un familiar y mientras intentaba recomponerse, el público lo ovacionaba para darle fuerza.

Sin embargola nota la dieron Los Gardelitos cuando invitaron a Cazzu a tocar el tema Llámame. La presentaron como la verdadera “Jefa del trap”. Horas más tarde, ella les devolvió la gentileza invitando a Eli Suárez a compartir una canción durante su show en el Escenario Sur.

Clásicos que no fallan 

La Vela Puerca logró abrir el cielo encapotado con sus clásicos Sin avisar y Frágil. Después de más de un día de no ver el sol, el predio tomó otro color y los ánimos mejoraron al calor de Va a escampar y El viejo. Mientras el escenario Sur recibía repleto a Neo Pistea, el campo del Norte estallaba en clásicos festivaleros de la mano de los uruguayos.

En paralelo, en el PopArt XXI, Conociendo Rusia despuntaban el vicio al caer la noche.

Dárgelos sacó a relucir su experiencia festivalera. (Javier Ferreyra)

Fue entonces cuando el Sur se encendió con Babasónicos. Un Dárgelos con el pelo cada vez más largo convidó a todos un puñado de hits que  funcionan tan bien en festivales como en la radio. DesfachatadosCarismático y Sonrisa fueron algunos de ellos. Como un mantra, Dárgelos repitió una y otra vez: “la música no tiene moral” de Fan de Scorpions y el público estalló. Una vez más, los “Babas” dieron cátedra festivalera con un show pulido en su historia de décadas.

Luego Ciro y Los Persas repasó algunos hits piojosos como Babilonia y otros de propia factura como Vas a bailar. Pero la sorpresa llegó cuando Andrés Ciro Martínez invitó a Wos y juntos compartieron en tema Pistolas de Los Piojos. Ciro al mando de la armónica y Wos rapeando furiosamente.

Otra prueba de que no hay tensión entre lo viejo y lo nuevo.

Cierre

La medianoche tomó al festival coreando viejos temas de Los caballeros de la quema que volvieron ¿momentáneamente? al ruedo hace menos de un año después de casi dos décadas disueltos y debutaron en el Cosquín Rock justo durante este aniversario.

Hubo clásicos como Hasta estallarSapo de otro pozo, Otro jueves cobarde, Rómulo y Remo y un cierre magistral con el mix entre Avanti morocha y Oxidado.

Finalmente le  tocó el turno a Cazzu quien estuvo acompañada de bailarinas que desparramaron  reguetón y perreo por todo el escenario Sur para hacer entrar en calor a la gente. Cerró con su tema con Chapiadora, como para dejar bien claro porqué ella era la figura femenina fuerte del día.

Ni bien se fue Cazzu, le tocó el turno a Duki con su explosivo show de trap y temas como Me gusta lo simple o Loca. Después de tocar Piensa en mí, el trapero de Almagro dijo a su público mayormente adolescente: “Somos el futuro, el fucking futuro, vamos a hacer las cosas bien”.

En paralelo, en el extremo Norte, Las Pelotas hacían su infalible show festivalero e invitaban –como perlita- a Sebastián Teysera de La vela puerca a tocar Será. No faltaron los clásicos como Bombachitas rosasPersonalmenteCapitán América, entre muchos otros.

Para la madrugada se esperaba a Los ratones paranoicos y el esperado debut de Zero kill, la banda de Benito Cerati que tenía su espacio ganado en el escenario Pop Art XXI.
Fuente: vos.lavoz.com.ar
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