Lucy Patané ha lanzado su segundo disco solista. Con este nuevo trabajo, la artista, que lleva 30 años en la música, continúa explorando su carrera en solitario, un camino que comenzó a recorrer en 2019 con su primer álbum homónimo, galardonado con el Premio Gardel a Mejor Álbum de Rock Alternativo. Lucy describe este nuevo disco como un regreso a sus raíces punk, con un sonido más crudo y directo, y una nueva banda formada por tres guitarras eléctricas, lista para presentarse en una variedad de escenarios.
La portada de “Hija de ruta” muestra una imagen de la joven Patané a los 12 años, con una estética punk que ya dejaba entrever su conexión temprana con la música. Desde pequeña, la artista se sumergió en el mundo musical, tocando en vivo desde los nueve años y participando en proyectos como la banda Sangre Azul, una agrupación de niños prodigio que llegó a tocar en programas de televisión populares en los años ’90. A lo largo de su carrera, Patané ha sido una figura clave en la escena musical, colaborando en proyectos tanto underground como mainstream, y produciendo música desde su propio estudio.
El proceso de creación de “Hija de ruta” no fue sencillo para Patané. A pesar de su experiencia, la artista admite que la elaboración de su segundo álbum fue un desafío, enfrentando miedos y comparaciones con su primer trabajo. Sin embargo, tras superar esas dificultades, Patané logró crear un disco que refleja un enfoque urgente y visceral, en el que se ha permitido explorar nuevas sonoridades y perfeccionar su sonido. “Van pasando los años y quizás ya queremos que el cable del sótano funcione bien”, comenta en una entrevista de Andrea Guzmán sobre la evolución de su enfoque musical, pero sin perder el espíritu punk que siempre la ha caracterizado.
En cuanto a su formación musical, Patané ha aprendido a tocar una variedad de instrumentos y ha participado en diversos géneros, desde el rock hasta la música country, lo que le ha permitido desarrollar un estilo único y versátil. A lo largo de los años, ha trabajado con artistas como Natalia Oreiro y Cristian Castro, además de liderar proyectos colectivos con músicos de diferentes estilos. Esta diversidad musical se refleja en su capacidad para moverse con facilidad entre distintos géneros y formatos, desde la producción de bandas sonoras para cine hasta la dirección de proyectos multitudinarios como el celebrado evento en la Ballena del CCK.
El álbum “Hija de ruta” fue concebido en un contexto de pandemia que afectó profundamente la vida y creatividad de Patané. Durante ese periodo, la artista enfrentó un bloqueo creativo que casi la llevó a abandonar la música. Sin embargo, tras ese momento de crisis, Patané logró recuperar el impulso y completar el disco en un proceso que describe como intenso y cargado de perfeccionismo. La producción del álbum incluyó múltiples regrabaciones y un enfoque minucioso en la calidad del sonido, buscando siempre provocar una reacción emocional en quien lo escucha.
Las letras de “Hija de ruta” surgieron de la vida cotidiana de Patané, abordando temas aparentemente triviales que, al ser repetidos, adquieren un tono más oscuro y surrealista. Algunas de las canciones del disco fueron inspiradas por situaciones cotidianas que la artista compartió en sus redes sociales, transformando esos momentos en composiciones que reflejan su perspectiva única sobre la vida.
En este nuevo trabajo, Patané se rodeó de una banda compuesta por músicos de la escena local, quienes contribuyeron a darle forma a las canciones con su energía y talento. El resultado es un disco que, si bien fue complicado de gestar, representa un nuevo capítulo en la carrera de Lucy Patané, reafirmando su lugar en la música y su capacidad para seguir reinventándose como artista.